23 de enero de 2013
VERSIÓN ESTENOGRÁFICA DEL DISCURSO DEL ARQ. FELIX. SÁNCHEZ, PRESIDENTE DE LA JUNTA DE HONOR DEL COLEGIO DE ARQUITÉCTOS DE LA CIUDAD DE MÉXICO, Y LA SOCIEDAD DE ARQUITÉCTOS MEXICANOS DURANTE EL "FORO DE POLÍTICAS URBANAS: HACIA UNA CIUDAD COMPACTA, DINÁMICA POLI-CENTRICA Y EQUITATIVA".
Buenos días a todos.
Ciudadano Jefe de Gobierno, Dr. Miguel Ángel Mancera.
Señores del presídium.
Señores Delegados.
Señoras y señores.
Amigos todos.
Con gusto participo con la representación del Colegio de Arquitectos de la Ciudad de México. Cumplimos de esta manera como miembros actuantes de nuestra materia. Siempre estamos dispuestos a analizar las propuestas para la ciudad, aportando lo que pensamos debe ser su desarrollo. Podemos no estar de acuerdo algunas veces, pero seremos leales al bien común.
Me queda muy claro, para empezar, que la nave que nos transporta se llama Ciudad de México y Área Metropolitana. No es de los ricos ni de los plutócratas, ni de las minorías ni las mayorías ni de los pobres, es de todos. Es importante tenerlo presente. Vivimos una gran ciudad, de las mejores del mundo, clima y población, sonrisa y trabajo son la clave de lo que somos.
El tiempo que nos toca transitar en los próximos años es de conversión y cambio. Nuestro reto es ganarle a los que piensan que el pasado fue mejor. Desde luego que no es así. Hemos progresado. Baste señalar las libertades que hoy tenemos que hace 20 años eran impensables.
Por supuesto no me limito a pensar que estamos en jauja. No. Es mucho lo que debemos hacer. Quiza la sabiduría este en lograr una ciudad equilibrada, multifuncional, plural y heterogénea, con niveles mínimos de bienestar y oportunidades parejas de desarrollo.
La ciudad del siglo XXI tiene que ser compacta, densa, conectada, accesible y económica. Debe mezclar los distintos usos del suelo de manera tersa. Siempre debemos optar por el bien común y fomentar la participación legítima de los ciudadanos. Una vez consensado, se debe respetar la ley sine qua non.
Una buena ciudad debe tener un equilibrio entre lo público y lo privado, entre lo construido y el vacío, que es como una arquitectura sin techo. ¿Qué proponemos? Pensar fuera de la caja. Para dar una respuesta diferente. Debemos ser partidarios de la renovación urbana, aprovechar la capacidad instalada, dar uso y reuso a las viejas zonas de la ciudad. La Ciudad seguirá creciendo. Es insostenible crecer en la periferia con ciudades fantasma.
Una buena ciudad siempre será mejor que una buena casa. El espacio público es nuestra idea de libertad. El automóvil, que permite la gran movilidad, ha resultado ser el falso amigo de la ciudad. Debemos revisar las demandas de estacionamiento en los edificios para promover el transporte público. La sociedad moderna, ésta, debe replantear su conectividad y su transporte integralmente, no con proyectos aislados.
Es muy claro que todo avance conlleve una destrucción. En la actualidad acaso estamos más conscientes, pues vemos el límite del crecimiento, el cambio climático, la sustentabilidad. Diríamos que debemos pasar del derecho de la ciudad al derecho de la naturaleza y revolucionar nuestra cultura de convivencia, cambiar la ciudad cambiando nosotros.
Nuevos paradigmas vienen en camino. Podemos crear una atmósfera mágica. Tenemos una cita con la historia, con nuestra cultura y con nuestra ciudad.
Muchas gracias.
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